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Teresa Pereda. Itinerarios, libros e instalaciones

Teresa Pereda. Itinerarios, libros e instalaciones

Teresa Pereda

Del 15 de Mayo al 17 de Junio de 2012 - Inaugura: 18.30hs  - Entrada: libre y gratuita

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Teresa Pereda elige, selecciona, combina, diseña y vincula estratos, visiones, discursos y fragmentos históricos, sociales, geográficos y étnicos de la realidad que le toca vivir, a partir de un código legible y reconocible. Su poética se puede inscribir

Otras narraciones de otros paisajes


Después de 1960, aproximadamente, los artistas no pertenecen a ninguna disciplina o categoría precisa: pueden utilizar cualquier técnica y material, pueden trabajar en equipo o en soledad, pueden exponer y difundir sus obras en instituciones, en lugares públicos y a través de diferentes medios, desde la palabra escrita hasta la imagen electrónica.

 

Teresa Pereda es heredera de esta orientación diversificada y generalizada del arte contemporáneo. Ante su producción debemos dejar de lado toda pretensión de encontrar unidad o coherencia estilística y abrirnos a su irreducible multiplicidad: hay pinturas, fotografías, videos, objetos, instalaciones, dibujos y libros. Sin embargo, en esta manera cambiante de hacer, hay una cuestión permanente que alude a los cuatro elementos que inspiraron las cosmologías, mitologías y filosofías milenarias: la tierra, el agua, el fuego, el aire. La artista alude a esta cuestión con papel hecho a mano con la inclusión de tierra, chapas de hierro, intervenciones con barro, madera, lana; con cartografías, ceremonias colectivas, viajes a la pampa, el desierto, la cordillera y el litoral; con entrevistas a lugareños, trabajo con artesanos, muestras de diferentes suelos, señalamientos de santuarios y peregrinajes.

 

Si bien la antropología está presente, la artista se desvía de la metodología científica. Es decir, la hace pasar por el filtro de su sensibilidad. El registro y la documentación, sin perder sus atributos esenciales, adquieren una particular realidad estético-formal. Pasan a integrar una opera aperta que, con múltiples significados, no se presentan en el contexto de la ciencia sino del arte. Los valores ópticos y cromáticos de la obra de Teresa Pereda no olvidan la materia prima de donde provienen. Al contrario, realzan sus texturas, sus valores táctiles y cromáticos: crean estímulos inesperados que excitan nuestra imaginación y nuestra percepción sensible.

 

Teresa Pereda elige, selecciona, combina, diseña y vincula estratos, visiones, discursos y fragmentos históricos, sociales, geográficos y étnicos de la realidad que le toca vivir, a partir de un código legible y reconocible. Su poética se puede inscribir dentro del concepto expresado por Claude Lévi-Strauss en su libro El pensamiento salvaje, cuando afirma que las prácticas artísticas y el arte mismo se ubican “a mitad del camino entre la ciencia y el mito”.


Horacio Zabala
Buenos Aires, abril de 2012

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Bajo el signo de la tierra

 

“Ante todo y por sobre todo,  el pensador y el artista tienen una misión intransferible, 
superior a su voluntad,  que es la de revelar lealmente
aquello que suscitan en él las cosas del mundo en que vive.”

Ezequiel Martínez Estrada


Teresa Pereda emprendió, silenciosa y paulatinamente, un itinerario que cambiaría su práctica artística y la obligaría a transformar sustancialmente su lenguaje y su producción. La tierra se anunció generosa y fértil en su vida para convertirse en su signo. A partir de esa necesidad de cambio interior, comenzaría un nuevo período que la guiaría en la búsqueda de lo originario. Con este giro en su labor, comenzó a referenciar su preocupación por las identidades culturales, la memoria, el mestizaje, las relaciones entre los hijos de los pueblos originarios de América, la inmigración europea y la búsqueda del ser americano.
  
Este camino introspectivo, la condujo a una reconfiguración del estatuto de todo su accionar estético.

Tal como describe Mercedes Casanegra en su ensayo en el libro Teresa Pereda. Tierra, “trocó esa acción rutinaria de la preparación para su trabajo artístico con la técnica tradicional de la pintura por un tipo de declaración de precariedad, de falta de medios”. Abandonó la pintura para desarrollar una actividad más cercana a la acción,  al ritual y a lo procesual.

Pasó del plano bidimensional al conceptual y a la acción directa y concreta en el espacio. En medio de este devenir, y motivada por el deseo de conocer el país,  abarcarlo y recorrerlo entero, surgió consecuentemente la noción de itinerario. En sus viajes de búsqueda, sumó recolecciones de tierra, conversaciones, memorias y encuentros con las personas que se brindaron y le obsequiaron su tierra y amistad.

Dejó de mirar su propia realidad para mirar otras realidades y otros horizontes existentes y posibles. En palabras de la artista, “manifestar personas anónimas y hacer elocuentes zonas de silencio”.

Los ejes de desplazamiento de su búsqueda, que incluyen libros de artista, objetos,  instalaciones y performances se articulan orgánica y dialécticamente.

Es al vincularse entre sí que sus recorridos permiten la realización del sentido en todos sus planos de significación.

El contenido de los libros de artista se reconvierte al ser instalado simbólicamente en el campo espacial. Sus itinerarios continúan entrelazándose y suscitando territorios de suma congruencia y profunda sensibilidad. 

 

Lucas Beccar

TEXTO CURATORIAL

 
  • Lic. Cecilia Cavanagh

El mapa de la Argentina, cruzado en las direcciones Norte-Sur y Este-Oeste por el signo mapuche de la cruz, que presenta en sus extremos las huellas de la pata del avestruz, nos introduce a las incursiones de Teresa Pereda en las profundidades de las tierras de nuestro país, y dan marco a todo un andamiaje de sus visiones cotidianas.

 

El mapa, una obra conceptual, terrestre, es la identidad del itinerario y de los trayectos, como así también de la intensidad y de la densidad, que se refieren a lo que llena el espacio y lo que sustenta el recorrido.

En 1518 kilómetros de devociones  impera el color rojo, un rojo que tiñe el recorrido de la Ruta 7, y localiza al costado de la carretera los santuarios del Gauchito Gil, un misterio mítico y uno de los santos paganos mas venerados del país, con un símbolo que los representa, e imágenes de dichos altares en carmesí, que se elevan con cruces, vírgenes, cintas, banderas, botellas, velas, flores, maderas, carteles, escritos.

La idea del viaje se une al sentido de lugar, y la cartografía orienta al espectador y establece un dialogo sobre el contexto y el desplazamiento.

En ese coloquio, confirmamos que el sistema cartográfico se impone al entorno natural, reiterando la artificialidad humana en demarcar espacios.

 

Tierras de diferentes regiones y lugares de la Argentina, que fueron entregadas a Pereda de manos de residentes de diversas comarcas, se presentan en cajas, que las contienen, y en pequeños recipientes de vidrio.

Las fotografías de los lugareños que brindaron el material de la tierra, y que forman parte de la instalación, se encuentran entre lo artístico, lo sofisticado  y lo documental. Los rostros, donde algunos llenan toda la imagen con sus arrugas y su severa expresión pero que conviven en armonía con la naturaleza, acentúan la cultura terreña con vehemencia. El traslado de la tierra es un símbolo que sostiene la tradición ancestral, y la presencia y la revalorización de la cultura tradicional.

El concepto de performance implícito, hace hincapié en el transcurso del tiempo, en la participación personal y en el desenvolvimiento transcultural inevitable.

 

Las dos plegarias de Teresa Pereda, El libro de las cuatro tierras, itinerario de cuatro historias, Cuatro tierras, Bajo el nombre de Juan e Itinerario de un país, aluden también al afecto de la artista a su país, a la devoción de su tierra, a una ética y estética equilibradas.

Sus libros de artista invitan a ser examinados, revelando una manifestación intransferible en algunos lectores, o silenciando el hallazgo en otros.

 

Se despliegan o se enclaustran, encubren o develan, responden o interrogan.

El contenido de sus libros puede ser tan interesante que merezca mantenerse abierto en esa página. O invitarnos a apreciarlo desde otro ángulo.

En el libro – e de artista, Pereda crea un tipo de percepción emocional a través de imágenes con motivos paisajistas y retratos de personas de distintas provincias argentinas, y las representaciones abstractas y cromáticas de la tierra de cada lugar.

Las tierras recolectadas, “el elemento estructural de su poética”, le proporcionan a Pereda su paleta para la realización e intervención de su obra.

 

En los libros de artista, los viajes, las instalaciones y objetos, las obras sobre chapa y sobre papel, Teresa Pereda transmite una sensación de unidad, que se interrelaciona por una raíz conceptual común: “…Con ello propongo conciliar, sumar la diversidad regional, étnica y lingüística.

Convoco a re-crear sentimientos de nación, comunidad, identidad colectiva y destino común, intento bocetar un porvenir”, y que en su conjunto constituye una armonía y continuidad.

En el placer de su comprensión, la obra de arte en exhibición es la disparadora de una reflexión que el Pabellón del Bicentenario y el Pabellón de las Bellas Artes exponen en esta muestra.

 

Lic. Cecilia Cavanagh
Curadora
Directora Pabellón de las Bellas Artes

 

ARTISTAS PARTICIPANTES

 
ars omnibus auspician Buenos Aires Gobierno de la ciudad Ley de mecenazgo Itau Cultural Satelital Artebus