Realizada hacia la cuarta década del Quattrocento italiano, la obra fue un encargo de Cosme de Médicis para el patio de su palacio florentino. La escultura muestra al héroe bíblico David, muy joven y relajado tras haber derrotado al gigante Goliat.
Con una superficie suavemente pulida, su cuerpo aparece desnudo portando un sombrero típico de la Toscana y una corona de laureles. Inspirado en un fragmento de bronce clásico, la pieza presenta una búsqueda de efectos lumínicos y un marcado contrapposto que remite a la postura utilizada por Praxíteles en sus esculturas en el siglo IV a. C. y que Donatello debió conocer a través de copias romanas.
El sentido simbólico de la obra podría aludir al patriotismo cívico, donde David representaría las victorias de Florencia frente a su rival, la ciudad de Milán.
Donatello fue el primero en realizar un desnudo tridimensional de tamaño natural desde la Antigüedad. La importancia de este trabajo radica en que por primera vez una escultura renacentista de bulto se presentaba totalmente autónoma rompiendo con el punto de vista medieval del tema y las imposiciones del marco arquitectónico. Esto supuso al artista un gran esfuerzo intelectual ya que la obra debía tener una visión armónica desde diferentes ángulos.
Esta escultura perteneció a Agustín Larreta quien encargó la obra añorando la copia del David en terracota que su padre Enrique Larreta había emplazado en un rincón del jardín andaluz. En 2004 fue donada al museo por su hija Mercedes Larreta de Campos, nieta del escritor.