Sabés por qué YA estamos viviendo dos mundos distintos?

Porque la leche maternizada por un laboratorio que toma tu bebé para que vayas a trabajar 10 horas diarias, huele a podrido, cuesta 100 pesos cada mamadera de 200 ml y vos no te lo cuestionás.

Porque tus hijos duermen y comen a cualquier hora y eso te parece gracioso.
Porque entre vos y tu pareja tienen cuatro trabajos pero tiran comida del día anterior a la basura.
Porque tu heladera tiene más botellas de Coca Cola que comida sana.
Porque festejás que tu hija adolescente te pida estar a solas con su novio en la casa, pero cuando regresa del colegio nunca tiene la comida hecha.
Porque no hay proyecto de familia, sino que son un grupo de orfandades conviviendo para generar y gastar dinero.

Sabés por qué YA estamos viviendo dos mundos distintos?

Porque siendo terapeuta te fuiste a inocular un experimento junto con tu hija, y cuando desesperada me pedís el teléfono de mi homeópata porque querés eliminar los efectos de la inyección que ya están sufriendo, te consigo turno para ambas y los terminás anulando porque te parece cara la consulta y preferís buscar “algo más económico”.

Sabés por qué YA estamos viviendo dos mundos distintos?

Porque creés que esto “se arregla votando bien esta vez”, y no ves los 120 micros escolares y de Plusmar que este sábado pasado trajeron a miles de personas del gran Buenos Aires a manifestar a la 9 de Julio, cortando los dos carriles del Metrobus, toda Av. De Mayo y las bocas de los subtes, llenaron las avenidas de suciedad, de grasa, de puestos de choripán y de panchos, gente que por 500 pesos y con dos o tres hijos menores de 3 años a cuestas, sin barbijo ni distancia ni alcohol en gel, pide más vacunas, más bolsones de comida o que no le paguemos al FMI, pero nunca más trabajo… y a veces, cuando les preguntás, no saben ni por qué es la marcha, y este panorama se repite hace añares.
Porque el círculo vicioso es perfecto: grasas, harinas, toxinas, falta de intercambio laboral con el mundo y por ende, de dignidad, falta de proyecto, de motivación, de horizontes, promesas que no se cumplen, relato que se traga sin discernir, y más grasas y alcohol y harinas y dulces para apagar el dolor de una existencia sin sentido.
Porque el pobrismo se convirtió en una virtud, y ya nadie recuerda qué son los valores, ni que haber venido a este mundo para no ser, es la estupidez más grande.

Sabés por qué YA estamos viviendo dos mundos distintos?

Porque no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo: o creamos la realidad que queremos vivir, o sostenemos pesadillescas esclavitudes. Pero para tener esa claridad, primero se necesita registrar el hecho de que se está viviendo sin propósito, confundido, aletargado, con miedo, adoctrinado y esclavizado.

Por eso, y porque cada día me duele ver el estado de conciencia en que aún estoy, y no me quiero distraer ni dormir más, es que estamos viviendo realidades que interpretamos de diferente manera, donde entendernos se nos hace imposible.