Hace mucho tiempo tuve un novio que en la primera cita pidió empanadas para que comiéramos en su casa y jamás me preguntó de qué sabor las quería yo. Me llamó la atención fuertemente, me hizo un ruido grande adentro, pero como solemos hacer las mujeres, lo justifiqué (igual él también lo hizo) y me dije: bueno, es que vive solo y será la costumbre de no consultar con nadie. Te aclaro que no me importa el gusto de la empanada, pero era un dato sobre su forma de intercambiar y compartir. Al año vi esa misma actitud repercutiendo en algo mucho más serio: no me dijo que había salido con alguien por miedo a perderme, y nuevamente NO ME DEJÓ ELEGIR.
Tengo por costumbre observar actitudes propias y ajenas para conocerme y conocer, y esta semana, con la administración fraudulenta de las vacunas, me preguntaba hasta cuándo el pueblo toleraría semejante falta de honestidad, de respeto, y en ese pensamiento estaba cuando me subí a un colectivo de la línea 7 donde al poquito de andar, un caballero que se hallaba sentado en la hilera de asientos de a uno de la izquierda, y en la segunda mitad del bondi (pasados los dos escalones del medio), se levantó para acercarse a la puerta y bajar en su parada…
Una señora que estaba de pie en el pasillo se abalanzó sobre él al ver que el asiento quedaría vacío, impidiéndole tener el espacio suficiente para descender esos dos escalones que lo separaban de la puerta. Vi una batalla tan cruenta, como absurda e irracional: él queriendo bajar y ella deseando sentarse aunque él no se hubiera apartado del todo del asiento porque los brazos de ella aferrados a la baranda no se lo permitían. Esa fue la respuesta a mis cavilaciones! Estoy segura que la señora protesta por no poder vacunarse, aunque vacune a cualquiera que se interponga en el camino entre su objetivo y ella.
Buena semana de reflexión para todos!
Sandra Marconi
Estás cosas hacen que sea muy claro para que lado mira el espejo que todos llevamos dentro…
Cómo les digo a mis hijos….es como una pera verde que aún no madura, hay personas que necesitan tiempo para enteder. Y nosotros tomarnos el tiempo de elegir por el grado de maduración también! Porque una fruta fea pudre, literalmente,a la que tiene al lado.
Que lindo leerte por acá! Y por hacernos reflexionar! ,
Sandri!!!
Como siempre una claridad tus palabras!
Gracias por compartirlas.
Abrazo grande! (como dos ranchos).