Me pone feliz estar en esta hermosa Galería compartiendo con Uds. aquellas emociones que se irán generando no solo con la obra expuesta sino también con viejos y nuevos encuentros.
Todos Uds. forman parte de la Muestra, y estoy de acuerdo en que existe una ecuación compleja, una trilogía:
El artista, la obra de arte y el espectador.
El espectador es uno de los factores fundamentales de ella.
Todos Uds, con vuestra presencia, interés y sobre todo con el Mirar.
El artista español Antoni Tapies nos propone mirar a fondo y dejarnos llevar con el corazón abierto por todo lo que nos haga resonar dentro nuestro.
Y no quiero dejar de citar al escultor vasco Eduardo Chillida:
Los ojos para mirar
Los ojos para reír
Los ojos para llorar
Valdrán también para ver?
Mirar una creación humana puede llegar a ser algo hermoso y también perturbador.
La obra, que nos puede evocar?
Rostros que transmitan resonancias; tristezas; alegrías; belleza; horror; el atisbar aquello que se desprenda de unos ojos; manos que acaricien; se crispen; alegrías de ojos jóvenes o viejos.
Puede ser un aire de dulce amanecer, una nube de tormenta, la huella del pie de un hombre en el camino de la vida, las manchas de sangre de una herida.
Puede ser lo que somos, el hoy, el ahora y el siempre.
Algunas preguntas que nos pueden surgir:
Es el Arte algo que le ocurre al hombre ante sí mismo y ante un testigo implacable: la obra?
Será el Arte consecuencia de una necesidad, hermosa y difícil que constituye una prueba de que el hombre no se considera terminado?
Siempre pensé que es el espectador quien termina la obra, y no el artista.
Creo que ello lo hace a través de la repercusión emocional en su mundo interno, que genera tantas vivencias distintas en cada persona.
Y para concluir, cito nuevamente a Chillida, quien nos legó, además de su maravillosa obra, estas frases que en toda su sencillez y magnitud aluden a la obra de Arte.
No vi el viento, vi moverse las nubes.
No vi el tiempo, vi caerse las hojas.
Beatriz Luna
Buenos Aires, 24 de Septiembre de 2022