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Del 09 de Febrero al 11 de Marzo de 2019 - Inaugura: 12hs - Entrada: $ 50.- Miércoles gratis.
(1909-1995) Ha sido uno de los más grandes dibujantes de la historia del arte. No en vano Pablo Picasso lo llamó "el próximo mejor artista gráfico del mundo". Es notable su gran influencia sobre muchos artistas gráficos de Argentina, país en el que Szalay enseñó durante más de una década.
Se dice que empezó a dibujar antes que a hablar. Comenzó su carrera como pintor, pero pronto les dio la espalda al tono y al color, adoptando el dibujo con tinta como único medio de expresión. Sus primeras composiciones están marcadas por líneas firmes e inequívocas, enfocando en los contornos de objetos y figuras y descartando cualquier tipo de modelado y espacialidad.
Szalay experimentó los horrores de la Segunda Guerra Mundial como soldado en el frente oriental. Esos recuerdos lo torturaron durante varias décadas y se hicieron evidentes en el tono dramático y la fuerte expresividad de sus dibujos sobre la guerra. La brutalidad, la sensación de indefensión, la visión horrorosa de las ejecuciones, estallan con fuerza elemental una década después en una serie de dibujos del artista sobre la revolución húngara de 1956.
En 1946, el artista integra la delegación húngara que participa en la Conferencia de Paz en París, donde produce ilustraciones que son publicadas regularmente en periódicos como Les Lettres Françaises. Al cierre de las negociaciones de paz, Szalay y su esposa deciden no regresar a Hungría y partir hacia Argentina, un importante destino para emigrar que atrajo a la crème de la crème de la intelectualidad europea con su auge económico, buenas universidades y una cultura vibrante.
La producción artística de Szalay en Tucumán (1949–1955) fue variada y abarcó varios géneros. Tuvo alumnos, participó en el taller de grabado de la universidad, pintó, modeló obras escultóricas y creó los –considerados– únicos relieves de hierro sobre la base de sus dibujos.
Debido a la falta de fuentes confiables, es imposible obtener una lista exhaustiva de todos los artistas que estudiaron con Szalay en Tucumán y Buenos Aires (1958-1960), y lo consideraron su maestro. Carmen del Ric, Enrique Barilari, Sra. Labé, Carlos Alonso, Martínez Howard, Roberto González, Juan Carlos Benítez, Virginia Carreño, Elvira Martin, Nogués Isaías y Ernesto (Ernő) Zajtai fueron, entre otros, algunos de sus discípulos.
Durante su estadía en Argentina, Szalay ejerce la docencia en la Universidad de Tucumán, publica cuatro álbumes de dibujos y realiza varias exposiciones individuales. Su estilo cambia bajo la clara influencia del arte sudamericano, en especial la pintura al fresco. Así, deja de producir exclusivamente dibujos de contorno en blanco y negro y comienza a emplear colores vívidos en las figuras y su entorno. La revolución húngara lo sorprende en Buenos Aires, donde sigue los hechos a través de programas de radio e inmediatamente comienza a dibujar todo lo que escucha. Así nace la publicación SOS El drama de Hungría.
En 1960 Szalay se establece con su familia en la ciudad de Nueva York, donde reside por más de 25 años, alcanzando la madurez del estilo individual de dibujo con el que logra reconocimiento en la historia de la gráfica a nivel mundial. Toda una generación de artistas gráficos ha sido educada a partir de sus dibujos producidos en Hungría, Europa y América.
A su regreso a Hungría (1988), Sazlay se establece en Miskolc. Toda una nueva generación de artistas gráficos se formó a partir de sus dibujos realizados en Hungría, Europa y América del Norte y del Sur, convirtiéndose en los herederos de su comprensión de la línea, su visión original y el estilo único de su obra gráfica. Sus obras aluden a casi todos los elementos esenciales de la cultura europea, desde el realismo de los dibujos rupestres hasta el expresionismo de la Edad Media y el modernismo de Picasso y sus contemporáneos.