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Ernesto Deira, mas allá de la otra figuración

Ernesto Deira

Del 08 de Julio al 02 de Noviembre de 2014 - Inaugura: 13hs  - Entrada: libre y gratuita

 
 
 

Existe una tendencia, o error en muchos casos, en la historia del arte a encasillar a los artistas a partir de una época, una etapa de sus vidas o un tipo de obra. Al enfocar dicho período, se suelen olvidar otros aspectos de su trayectoria.

 

Ernesto Deira fue un incansable indagador de la figura humana antes y después del período de la nueva figuración. Esa época, que representó para algunos el estallido de la pintura (aunque hoy veamos cómo ese y otros estallidos hicieron sobrevivir la pintura y negar todos los pronósticos y opiniones agoreras sobre su futuro), fue sin lugar a dudas uno de los momentos de mayor originalidad del arte argentino y dio lugar e inspiró innumerables variantes en los años siguientes.

 

Deira fue, junto con Luis Felipe Noé, Jorge de la Vega y Rómulo Macció, protagonista de ese momento. Sin embargo, y para no caer en el tipo de error al que hacíamos referencia, corresponde analizar y mostrar a este artista en toda su trayectoria y esto es lo que estamos haciendo en esta exposición. Con ello, cumplimos el tipo de misión que siempre hemos asumido como museo universitario.

 

A través de una especial y compleja curaduría, esta exposición nos muestra al artista mucho más allá de la etapa más conocida de su trayectoria y logra, con la variedad de obras de distintas técnicas, brindar un panorama uniforme y abarcador de su trabajo.

 

De esta manera, ofrecemos al público del museo una visión nueva de un gran artista. Nuevamente estamos cumpliendo con nuestra tarea gracias al excelente trabajo de curaduría e investigación del equipo curatorial, que en esta oportunidad encabezó Marina Aguerre, y a la colaboración constante de todo el equipo del Muntref.

 

Aníbal Y. Jozami
Rector Untref / Director Muntref

 

Rojo, negro, blanco, azul, amarillo y chorreaduras. Materia a rabiar. Gestos continuos y evidentes de la mano del artista que ocultan y develan, a la vez, otros sutiles elementos. Entre ellos sigue apareciendo más materia, sin desatender la ineludible figura humana. Basta simplemente con ubicarse frente a las obras y detenerse a mirar…

 

Se trata de Ernesto Deira, este siempre maduro artista que abrazó con pasión la pintura y se sumergió en ella en una búsqueda permanente.El período por el que es mayormente conocido es aquel iniciado en 1961 junto con Luis Felipe Noé, Rómulo Macció y Jorge de la Vega. La muestra Otra figuración en la Galería Peuser (en la que también participaron SameerMakarius y Carolina Muchnik) fue el comienzo de un trayecto de indagaciones compartidas a lo largo de cuatro años. La nueva figuración argentina buscaba nuevos paradigmas expresivos sin descartar el recurso a lo figurativo. El grupo de obras que se muestran en la primera sala del Espacio Muntref corresponden a este período.

 

Sin embargo, hay un Deira más allá de la Otra figuración: un artista que sigue pesquisando sin intermitencias y cuya producción está marcada tanto por la presencia de un tema recurrente, el hombre, como por la evidencia de fuertes cambios estilísticos que se dan casi a manera de saltos. Estos cambios están atravesados por su especial recurso de la línea, elemento constante en toda su obra y que proponemos rastrear a lo largo de esta exhibición.Las obras presentadas en la siguiente sala muestran un cuerpo humano que se va develando progresivamente, desde sus entrañas hacia el exterior, y señala incluso -como en las de1966, relacionadas con Vietnam- lo más inhumano del hombre: su capacidad destructiva.

 

El adentro y el afuera juegan en simultáneo en los cuadros que integraron su contundente muestra en la Galería Bonino en 1967, año en el que recibió el Premio Palanza. Y la línea, gran protagonista sugerente de siluetas, reaparecerá, sinuosa y rotunda, en los Retratos imaginarios de1975, ahora junto con desdoblamientos de la figura e intrigantes presencias en espejo.

 

Otra paleta, más sombría, y el cambio en el tratamiento de las carnaciones se evidencian en las obras que constituyen la serie Imágenes de la pasión (1976), en las que los pocos elementos que permiten descifrar lo humano revelan un discurso categórico, profundamente comprometido con su tiempo. A un recurso similar apeló pocos años antes en la serie Identificaciones (en Chile, desde 1971).

 

La figura humana, junto con la calidez de los rojos y naranjas, termina por expandirse sobre toda la superficie del cuadro en un sugestivo entramado de superposiciones. Son los ochenta, años en los que fue nuevamente galardonado por el medio.

 

Los dibujos exhibidos, fuertemente imbricados con las pinturas, merecen una mención aparte. En ellos es factible reconocer todos los elementos mencionados que a veces anteceden, otras discurren en paralelo, otras retoman lo ya explicitado. Son “campo de experimentación”, pero también “campo de producción específica”. Es por ello que integran especialmente la muestra para que, en el conjunto aquí presentado y a manera de gran rompecabezas, generen asociaciones, propongan nuevas lecturas y contribuyan a redescubrir la obra de este prolífico y gran artista.

 

Marina Aguerre
IIAC, MCAV
Untref

 

ARTISTAS PARTICIPANTES

 
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