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Desiree De Ridder, Instalaciones |

Desirée De Ridder, Instalaciones | Felipe Aja Espil, Fotografías.

Desirée De Ridder

Del 08 de Agosto al 22 de Septiembre de 2013 

 
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TEXTO CURATORIAL

 

Amante y leal defensora de la naturaleza, Desiree De Ridder nos ofrece con sus obras, un atractivo mismo del encanto que proporciona el observar nuestra naturaleza originaria, el gustazo de disfrutarla. 
Esculturas en cerámica de osos hormigueros, mulitas y peludos, perdices, maras patagónicas, vicuñas, pinguineras, martinetas y gallos, cactus y otras plantas, son parte de su vasta obra sobre nuestra flora y fauna autóctona, en peligro de extinción, que trabaja en distintas técnicas, formando variadas texturas y resaltando la pureza del color. En los dibujos sobre la piel de los animales, sus colores, el blanco de la arcilla en algunas plantas, el modelado y elaboración de cada pieza, la repetición de animales aun siendo muy diferentes entre sí, la artista hace caso omiso a las realidades del mundo natural, acentuando su fuerza, su impacto y expresividad.
En esta muestra, De Ridder emplaza sus esculturas en instalaciones que nos evocan las acciones del hombre contra el medio ambiente y el eco sistema; acciones que destruyen el hábitat de animales que corren despavoridos en busca de su entorno natural. El desmonte, la caza, las trampas, llaman la atención sobre valores humanos, prioridades equivocadas y preocupaciones ecológicas.
En la serie de esculturas de "Enjaulados", los animales en cautiverio, entre rejas de madera, escenifican la indiferencia humana y su condición amenazada, y el reconocimiento de un principio de ética medioambiental: el de que toda vida tiene derecho a existir por sí misma.
Felipe Aja Espil es el artista invitado para acompañar con sus fotografías y sus convicciones, la obra de De Ridder. Explora la vida salvaje de las gallinas encerradas, o afuera de su gallinero, con fotografías que nos deleitan por su captura del movimiento, la forma y el color. Gallinas superpuestas en un determinado momento, el vapulear de sus alas y sus picos cerrados o abiertos de diferentes maneras, muestran imágenes únicas e irrepetibles.
En uno de los videos que realizan en conjunto, De Ridder y Aja Espil, transforman estas criaturas domesticas en inquietantes nuevas visiones: documentan las gallinas alimentándose de un hombre realizado en pan, llamando la atención sobre el sistema de supervivencia del hombre, a través de un video que exhibe lo antagónico e incongruente.
Los artistas afirman con esta muestra en el Pabellón de las Bellas Artes, el compromiso humano con el futuro de su vida ecológica en la tierra. Y el espectador pasa a formar parte de la obra misma, rindiéndole homenaje a la majestuosidad de la naturaleza.

Cecilia Cavanagh
Curadora 
Directora del Pabellón de las Bellas Artes

 
 

Esta muestra está organizada en torno a la fragilidad, a la naturaleza. Y a Nosotros. Que imponemos la ley de la selva, del monte, de la llanura, del agua, del aire… 
Desiree decide pintar sobre lo frágil. Sobre los pequeños animales amenazados por el progreso. Sobre la naturaleza precaria de los hongos. Sobre la inteligencia espinosa de los cactus. Sobre la cerámica. Pero para poder pintarla, La cerámica, debe modelarla, moldearla y cocinarla. Este es el proceso de obtención de la forma. En este caso amable y concreta, sintética y vital, robusta. Artesanalmente seriada. Formas animales que dicen su animalidad. Su inocencia pensada laboriosamente. De existencia expuesta a la mirada. No en la mira. 
Por eso hay que idear una manera de instalarlos, una nueva forma de presentarlos. Por eso invitamos a Los animales a salir a escena… Tatú, peludo, mara, oso hormiguero… todos a escena. A representar el éxodo, el acorralamiento, el empuje hacia la orilla. Y a la vez pensar una estrategia, o mejor dicho una táctica, ausente de poder, para que no los borren de la escena.
Que se camuflen, De digan otra cosa. O más cosas. Que representen la diferencia entre lo que queremos hacer y lo que hacemos. Del teatro conservemos la mimesis y la representación Y así poder ir pareciendo. Astutos como el zorro, rápidos como la liebre, aburridos como un hongo ¿Y Quién representa a esta naturaleza des- escuchada? Des- hablada, Des- pintada. ¿Quien le presta la vos a la naturaleza del hongo, del cactus, de la mulita? Desiree. Desiree les presta su vos y su color. 
Y lo invita a Felipe con sus imágenes fotográficas. 
Formalmente directas, objetivas, las fotos de Felipe son testimonios de la mirada animal. Las aves desfilan ante la cámara, sobre el fondo fijo de una pared celeste, rustica. Se contorsionan, se estiran, se desdoblan. Como si apelaran al cubismo, al expresionismo de Bacon. Se acomodan, miran a cámara o no. Pero de todos modos encarnan la mirada que viene desde el fondo, desde ese fondo indiferenciado del tiempo. Desde la época de los dinosaurios, de quienes descienden las aves.
Y a las operaciones de modelado y moldeado agrega el modulado del color. Tonos brillantes, matices saturados, contrastes furiosos, pero puestos amorosamente sobre las piezas, pigmentos y esmaltes artesanalmente engarzados por medio de líneas rítmicamente curvadas, ingenuamente autónomas, repetidas en módulos , decorativas. Y es en esas líneas que el pincel entreteje donde podemos apreciar la esencia sencilla del arte. 
Porque el color, el dolor, el tono de voz, se refieren al carácter sensitivo de nuestras relaciones. A la experiencia subjetiva generada por nuestro sistema nervioso. A la calidad de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. 
El color, El dolor, el tono de la vos, son maneras afectiva de acercarnos a nuestra naturaleza. A la naturaleza. Porque junto a la naturaleza, a los animales, a las plantas, es el color el que está amenazado, la experiencia de la luz y el color es la que está en peligro. La manera en que nosotros sentimos.
Nosotros. Nosotros los animales. Hermanados en la animalidad. Animalados en la hermandad. 
Usamos el termino Animal para referirnos a la parte sensitiva de un ser viviente. Y entre nosotros nos reconocemos iguales, nos vemos iguales. Parecidos a los animales. Somos mamíferos, y como todos los mamíferos somos animales vertebrados, tenemos un esqueleto interno, y eso nos permite ser conscientes de nuestros cuerpos, de sus formas, de nuestros músculos. Nos vemos movernos, podemos palpar nuestras contracciones. Pero quizás la razón por la que el pensamiento, la conciencia y los sueños nos resultan tan extraños radique en que parecen generarse sin relación aparente con el mundo externo. Nuestros pensamientos, nuestra conciencia, nuestros sueños, parecen ser impalpablemente internos. En relación a nuestros cerebros y medula espinal somos crustáceos recubiertos por un exoesqueleto implacable. 
El jardín florece cuando los ojos se abren.

Adrian Paiva.

 

 

ARTISTAS PARTICIPANTES

  

Desirée De Ridder


Felipe Aja Espil

 
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