Arroyo 862. Buenos Aires
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Lun a Vie de 10 a 20 hs. Sáb de 10 a 14 hs.
Del 27 de Septiembre al 20 de Octubre de 2011 - Inaugura: 19hs - Entrada: libre y gratuita
Inauguración martes 27 de septiembre a las 19 hs.
Dolly Dolls
Poéticas de la seducción
Por Rosa Maria Ravera
Por lo general la obra de Zulema Maza posee un doble registro. El primero es, con toda evidencia, lo que se ve en esa búsqueda de seducción y belleza tan palpable en rostros que nos miran, poseídos por algo que se desplaza siempre en el punto justo. En los brazos, en otras partes del cuerpo, con reminiscencia de hojas negras estilizadas, estos signos, verdadero lenguaje que los marca y envuelve, atrapados y atrapantes, dan pistas.
Lo que allí serpentea y podría tal vez enseñorearse de la totalidad de las figuras, es indicio de otra dimensión. De una energética orgánica que las recorre, que las define no solamente en su diseño sino en una vida profunda símil a una planta que crece desde el verdor tantas veces apreciado en la analogía del jardín, en la obra de Zulema. La misma que enhebra, emblemáticamente, el tejido de la joven de sus conocidas fotografías.
Vida orgánica que crece en el cuerpo femenino como en el Sueño de la medusa IV, verdor que se exhibe encerrando en su interior cáscaras de semilla como habitáculos abandonados. En Dolly Doll, un sutil claroscuro hace aparecer de pronto lo imprevisto, una oveja colgada, de la que se desprende una inequívoca sensación surrealista. En Estrella de mar, precisamente ese animal marino se incrusta en el cuerpo de la joven junto a un ropaje de puntos vagamente celulares, con las denunciadas hojas de la medusa que acarician el brazo. Ya en otras representaciones miembros delicados, dedos que parecen pájaros, senos que oscilan entre una sensualidad distante y la visible construcción abstracta, enriquecen a las imágenes de múltiples sensaciones ambivalentes.
Todo se transforma en la obra de Zulema. Por sobre todo en esta exposición, la línea. Define el cuerpo, lo recorre, lo señala con sombras describiendo un claroscuro sumamente variable de grises minimalistas con particular sintetismo. Resalta en imágenes de rara seducción. Es su magnifico valor plástico. Se desplaza más tenue, más acentuada, destacando zonas sombreadas, calidos miembros femeninos, ropajes que los envuelven a través de estructuras en las que desaparece, a ratos. Es la línea, sabía, intermitente, a veces ausente, presente por sugerencia, organizando un organismo vivo en transformación perpetua que se muestra y da a ver. A nosotros, a nuestra mirada.
Rosa Maria Ravera
Miembro de Numero de la
Academia Nacional de Bellas Artes
Presidente de la Asociación Argentina de Estética