Muestra 3D con realidad aumentada
Mi trabajo es rescatar del pasado libros clásicos, a veces destinados al olvido, para fusionarlos con la era digital en la que vivimos.
Algo así como unir dos mundos paralelos. Cada foto está relacionada con las páginas impresas de manera casi simbiótica.
Se necesitan, se nutren, se complementan.
Sobre la obra de Henry von Wartenberg
por la Lic. en artes Plásticas Marcela Cenacchi 2021
En la obra del artista visual marplatense Henry von Wartenberg se percibe claramente la confluencia sensual de universos paralelos. El orden semántico de su creación presume un tiempo de espera ¿Cuál es la causa primera? ¿El libro acude a él o la imagen capturada con su cámara se eleva como matriz de su estética visual? ¿Cuándo acontece ese encuentro sensible y amoroso entre la palabra escrita y la fotografía o puramente entre fotografías? Solo el artista puede reconocer ese punto de coexistencia.
En expresiones lingüísticas el signo es la palabra, y su significación es la relación entre la palabra y su referencia. Una palabra sin significado, es un eco vacio que no forma parte del habla humana.
Las ideas de Henry se enmarcan ante una verdadera operación razonada y cavilosa de haikus, narrativas, poemas, y partituras de obras musicales de otro tiempo. Son bienes culturales que activan su pensamiento y se fundan como unidades de enlace. La extensión del contenido escrito fundamenta la dimensión del encuadre. Capturar lo originario de las palabras supone indagar, examinar, esa es tarea de curiosos, de exploradores, de viajeros. Henry es este artista viajero.
Comprender el lenguaje de ayer es pensar conjuntos imaginarios, o configuraciones autónomas que se optimizan recíprocamente en el tiempo actual. El contenido semántico de la palabra convive en una relación armónica con la imagen fotográfica. El artista imprime huellas o registros de su tiempo, de su contexto en los territorios que recorre.
María Nadotti, periodista y escritora italiana, en la edición del texto de J. Berger y S. Demirel, marca que el tiempo como concepto filosófico, cambia según los momentos históricos y políticos del pensamiento.
La autora nos habla del tiempo de la memoria y el duelo, el tiempo del amor y de la esperanza, el tiempo del cuerpo biológico prisionero de sus ritmos implacables, y aquel eterno de la conciencia. El tiempo de la resistencia y de la revuelta, del proyecto y de la visión, el tiempo de la naturaleza, el tiempo de las montañas y agrego, de las salinas, el tiempo de los sueños y de la invención, el tiempo de la escritura. En un recorrido cerebral por las obras de Von Wartenberg, subyacen todas estas voces en un carácter emotivo y personal. Es su filosofía de vida.
En el collage fotográfico titulado In praise of love, selecciona algunas páginas del libro de Alain Badiou y Nicolás Truong, dispuestas secuencialmente según el orden establecido de paginación para conservar el sentido y la coherencia lingüística. La página es el módulo que estructura el espacio-soporte; luego la impresión transparente de la imagen fotográfica se superpone a los textos como otra capa de sentido. Desde lo visual, sitúa de manifiesto un fragmento corporal femenino universal, sin identidad con un pigmento de erotismo. ¿Podríamos leer el texto y pensarlo como fotografía o la acción inversa?
La era digital posibilita articular, como dice Henry, dos mundos paralelos el icono de hoy y la palabra del pasado, aunque no se percibe una fusión sino “un diálogo”, un mundo de relaciones de sentido. Cada unidad de signos habla por sí misma ninguna resta a la otra.
Se percibe en sus discursos el concepto latente de Susan Sontag quien concibe que la fotografía sea a la vez una falsa presencia y un signo de ausencia. La percepción de lo inalcanzable, que pueden rememorar las fotografías, se propicia como flecha claramente a los sentimientos eróticos de quienes ven en la distancia un ánimo del deseo.
Además agrega Sontag, que las fotografías muestran una actitud sentimental e implícitamente mágica, son tentativas de alcanzar a apropiarse de otra realidad. El deseo no tiene historia o por lo menos se vive en cada acto como puro primer plano e inmediato.
Libro arte, o libro objeto son otras de las variantes estéticas que nos propone el artista con destacada intención visual. En la trilogía las Valkirias, considera como soporte las partituras de la ópera de Richard Wagner.
La valquiria es la segunda de las óperas del Anillo del Nibelungos, en su creación Wagner trabajó de atrás hacia adelante, planeando la ópera a partir de la muerte de Sigfrido, héroe legendario de la mitología germánica; luego escribió otra ópera para narrar la juventud de Sigfrido, y decidió también contar la historia de la concepción de Sigfrido y de los intentos de Brunilda, doncella escudera, por salvar a los padres de él, concluyendo que también necesitaba un preludio que contara el robo original del oro del Rin y la creación del Anillo.
Henry penetra y comprende ese mundo de Wagner, simboliza a sus héroes como el hombre y la mujer global despojados de todo, descubiertos, al desnudo como almas puras en su esencia, sin simulaciones ni falsedades, sumergidos en la naturaleza y contenidos en una red de hilos como seres bellos, eternos e inmortalizados.
¿Qué aspecto de sus obras se estima más importante en un contexto interpretativo? El significado intrínseco impulsado por la palabra deviene en la imagen que potencia nuestras facultades perceptivas. Construye el discurso como verdadero delirio semiótico combinando la libertad de medios de la cultura digital y el principio de coherencia.
Para Henry von Wartenberg comprender es actuar, intervenir. La tarea del artista visual es celebrar el instante glorioso del encuentro entre signos.
Lic. en artes Plásticas Marcela Cenacchi
2021