Dicen que comer budín de bananas y tomar café mientras afuera llueve y los ciervos pastan, basta para comprender el sentido de la vida…
Llegar al Complejo de Cabañas del Valle de los Ciervos en Tandil, procedente de cualquier ciudad del mundo, garantiza una inmediata reconexión con la naturaleza, y por ende con uno mismo.
Alojarte en un Vagón o en una Cabaña dentro de este predio de 25 hectáreas, es sintonizarte con el silencio con mayúsculas, que no significa ausencia de palabras sino presencia total de lo que Es, en medio del ritmo ecológico con aroma de eucaliptus, que los humanos hemos perdido.
Las comodidades son importantes, las piscinas son hermosas, pero es más que eso lo que allí sucede…
No existen vacas ansiosas, caballos neuróticos, peces koi estresados ni lechuzas con ataques de pánico, y eso es lo que vas a recordar en tu estadía. Un escenario único donde el personal de la casa se integra con la geografía sin invadir y sin interferir mientras le das vacaciones a tu cabeza.
Para quien concurra solo, en pareja o con hijos, nada sobra y nada falta, pero hay algo que abunda: gratitud porque alguien haya pensado en vos y te cuiden de cabo a rabo con su esmerada atención, calidez, actitud de servicio y humildad que se reflejan también en cada detalle del lugar.
El Valle de los Ciervos es un abrazo que te resetea.