Territorios y Alteridades, Fernando Cocchi

Acerca de Territorios y Alteridades, Fernando Cocchi

Fernando Cocchi nació en Los Toldos, en 1986. Es escritor e investigador. Realizó estudios de Crítica e Historia del Arte. Sus trabajos de investigación fueron presentados en el 2° Congreso Internacional de Gestión Cultural, Mar del Plata 2011; en las Jornadas Internacionales de Investigación en Arte en la Universidad Nacional de La Plata en noviembre de 2011; en el Taller para Jóvenes Investigadores en Problemáticas Regionales, Sociales e Históricas, Lujan 2011; en las 1° jornadas de la Asociación Argentina de Conservadores y Restauradores (ASACOR) Buenos Aires 2012. En 2011 presentó la exposición Antonio Magliano en Los Toldos, territorio construido. Su trabajó fue difundido en revistas como Caras y Caretas, Revista Rumbos y diario Crítica. Contacto: [email protected]

El vientre de un arquitecto. Francisco Salamone o una arquitectura de ficción.

Gonzalo es historietista. Juan Sasturain, su amigo y editor, le propone realizar un cómic de ciencia ficción que aborde como tema central la obra del arquitecto Francisco Salamone. Un simple trabajo por encargo lo ubica a Gonzalo frente al trabajo de su vida. Así comienza Invasión Salamone, un documental de la productora Rizoma, ganador del concurso “Productoras con antecedentes”  promovido por el INCAA y la Universidad Nacional de San Martín. Sus directores, Diego Ávalos y Francisco Larralde, recorren la figura del genial arquitecto y sitúan otra vez en la escena a Salamone, el arquitecto de la pampa Bonaerense.

Espacios vacíos

Donde sólo había paja brava y pasto puna, desde hace más de 70 años, se erigen monstruosas, las obras de Francisco Salamone.  Construidas en tan sólo 4 años, a fines de los años ´30, alumbran en varios puntos de la provincia de Buenos Aires un raudal  de construcciones que constituyen uno de los complejos arquitectónicos más importantes, pero sobre todo, más inciertos de la arquitectura Latinoamericana. Francisco Salamone, arquitecto e ingeniero, nació en Leonforte, provincia de Enna, Italia, el 5 de junio de 1897. Las primeras experimentaciones las realizó en La Plata y luego en Córdoba, donde recibe los títulos de ingeniero y arquitecto. Allí realizó algunas obras de pavimentación, plazas, mataderos y muchas otras que quedaron sólo en anteproyectos. Las obras fundamentales construidas por Salamone fueron bajo el programa de obras públicas del gobierno fascista de Manuel Fresco (1936-1940). Una obra que alucina por lo  monumental de sus rasgos, escandaliza por sus figuras ambiguas y desconcierta por los lugares donde se encuentran emplazadas. “Parecen mal ubicados. Pareciera que a alguien se le cayeron en un lugar donde no iban”, figura Larralde. El nombre de Salamone se escucha fuerte entre los fanáticos más acérrimos y  los detractores más anquilosados, que suponen en las figuras un conjunto de imágenes al servicio de la propaganda política de la Argentina conservadora de los años 1930. Especialmente bajo la órbita del gobernador Fresco, reconocido por su admiración de los regímenes de Hitler y Musollini. ¿Salamone era fascista? qué pregunta, se responde Francisco Larralde, uno de los directores de Invasión Salamone, que también dirigió los cortometrajes Cosas de chicos (2011) y los co-dirigidos con Diego Ávalos, Renacer (2011) y Uno de los dos (2009).

 

De la Tierra a la Luna

“No es un catálogo de obra, ni tampoco una biografía del personaje”, coinciden los directores Francisco Larralde y Diego Ávalos, también guionista de Invasión Salamone, una serie documental para TV de 8 capítulos  que recorre bajo una estructura de ficción la obra de  Francisco Salamone. “Hubo un proyecto anterior”, señala Ávalos. “Cuando se acercó Sergio De Pietro (investigador Salamónico y productor ejecutivo) para el primer proyecto, también documental, hicimos una aproximación al tema y terminamos armando dos capítulos de cuatro que teníamos que hacer para una serie. Lo que nos pasó fue que nos quedaba un documental muy informativo, donde estábamos matando el primer impacto que se tenía con la obra. Era un documental frío, lejano. Se perdía Salamone. Le faltaba lo que de mágico tiene la obra. Ahí entendimos que necesitábamos anclarlo desde la ficción, para recuperar todo eso que la obra propone. La ficción no es un capricho, es una manera de documentar otra parte que de otro modo no se podría hacer”.

De la tierra a la Luna es el nombre de la primera entrega. Gonzalo, protagonizado por Ezequiel Castaño (actor de amplia popularidad en la televisión argentina por programas como Chiquititas, Ciega a citas, Botineras) recibe la propuesta de Juan Sasturain, el otro protagonista, escritor fundamental, guionista y también historietista,  de realizar una historieta de ciencia ficción inspirada en la vida y obra del arquitecto Francisco Salamone. “Es un documental con una estructura de ficción importante. Claramente no es una ficción. Se estructura a través de personajes con una narración ficcionada. Y la motivación de Gonzalo en hacer una investigación sobre Salamone es lo que uno ve en modo documental a partir de entrevistas, secuencias, testimonios, relatos en off, que son todos componentes de un documental”, explica Larralde. La elección del elenco principal, que se completa con la bella Delfina Danelotti, no es casual. La participación de Ezequiel Castaño asume la posibilidad de llegar a un público más numeroso que el propio núcleo donde se oye el nombre de Salamone. Pero también, contar con una figura fundamental de la literatura y la historieta argentina como lo es Juan Sasturain, director de la histórica revista Fierro, aporta un crédito cardinal, tanto por su implicancia en el cómic como también por su aporte en la actuación, cargada de comicidad. No sólo eso, su participación se complementa con un lazo clave: Sasturain nació en González Chávez, donde Salamone construyó un mercado y el palacio Municipal. Las imágenes del cómic que realiza Gonzalo, piezas elementales del documental, son creaciones del historietista Salvador Sanz, que publicó en Catzole, Ex Abrupto, Sudamerika,  Bastión Unlimited y en la actualidad realiza la serie Ángela Della Morte para la revista Fierro.

 

El viaje de los extraños

Gonzalo en el segundo capítulo se dispone a recorrer, desde los inicios, la vida del arquitecto. Larralde y Ávalos hicieron lo propio. “Para el recorrido nos basamos en el estudio previo sobre el circuito turístico proyectado por De Pietro. Hay como un recorrido lógico. De sur a oeste, o a la inversa. Nosotros hicimos una preselección en base a la investigación de Sergio (De Pietro), y con ello hicimos un scouting. Fuimos cinco personas en auto y recorrimos todas las ciudades donde existe obra, salvo Vedia, que no nos dio el tiempo”, recuerda Larralde. “Recorrimos en una semana todo, regresamos desvastados y cambiamos todo”, continúa Ávalos. “Cuando volvimos nos dimos cuenta que suponíamos una cosa por los libros y al llegar a las obras era completamente distinto. Y lo que te sugería por imagen también era distinto: está muy bueno esto, pero es más impactante aquello. Y nosotros necesitábamos pensarlo a través de la cámara y las imágenes”. Gonzalo recorre Villa María (Córdoba), y el periplo por Buenos Aires lo lleva por Gonzáles Cháves, Guaminí, Pellegrini, Balcarce, Azul, Carhué y Epecuén, donde las inundaciones de 1985 arrasaron con el pueblo y emergen, como imágenes bíblicas y lúgubres desde un horizonte de agua, las construcciones de Salamone. A Lo largo de los 8 capítulos, el peregrinaje de Gonzalo acerca a los espectadores en los detalles formales de las obras, el mito que circunda la figura de Salamone, el contexto histórico en el que fueron construidos y aporta datos claves de la escasa biografía del arquitecto. Gonzalo es perseguido por una figura oscura que observa cada uno de sus movimientos. Sufre con la idea de no poder completar un trabajo que esté a la altura de las circunstancias, sobrelleva problemas de salud provocados por la ingesta desmesurada de alimentos, se ve enredado en situaciones extrañas en hoteles misteriosos, se fascina con los cementerios que le sugieren imágenes para generar una trama enigmática entorno a las construcciones. Todo transcurre en medio de la pampa Bonaerense, entre sueños y fantasías. En un horizonte ingobernable.

 

Los vecinos de Salamone

Enfrentarse a la monumentalidad de las obras provoca desconcierto, admiración y la sensación de no comprender que hacen allí, en una llanura despoblada, de construcciones bajas, de verde campo grande. Fundamentalmente Salamone construyó Mataderos, mercados, portales de  cementerios, palacios municipales y plazas. “Cada especialista de cada lugar explica las funciones que algunas de las construcciones cumplían, el rol del estado y su intención en generarlos. Muchas obras no se hicieron, aunque existen los planos y anteproyectos presentados, y que figuran dentro del informe que Fresco presentó sobre su gestión, y que no se llegaron a terminar”, revela Larralde, al mismo tiempo que Ávalos se sorprende con la cantidad de documentos y fotografías que aún la gente les acerca, y que ellos no conocían.

Las movilizaciones artísticas del interior muchas veces sufren las agresiones del tiempo, la displicencia de los espacios legitimadores y su estancia en la historia es un problema de algunos pocos que suponen en esas imágenes, artistas y construcciones, un raudal capaz de reunir simbólicamente a un pueblo. La reaparición de Salamone, luego de la primera muestra de 1997, en el Centro Cultural Borges montada por Edward y Tom Shaw, trajo consigo proyectos revalidatorios y encuentros entre especialistas como las Jornadas Salamone en 2009, proyectos para la creación de circuitos turísticos, y en 2001 la protección de las construcciones, quizá teórica, por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires.  Lo que articula a todas las obras es su carácter monumental. Irrumpen en lugares deshabitados. No relatan directamente escenas o historias de cada lugar. Inquietan por la fiereza de sus formas, por la dominación y rigidez de los contornos, o por la dignidad de los materiales. Pero preocupan por el estado de conservación, por la trascendencia en el tiempo. “Los pueblos son concientes de este patrimonio”, asegura Francisco Larralde. “A veces hay muchísima voluntad y se hace lo que se puede y no hay una protección del estado. O el estado no puede hacerse cargo. El caso más puntual son los mataderos que han perdido totalmente su función y que además, nadie le encuentra una solución. En Balcarce se lo está restaurando para hacer un centro de interpretación, en Azul está en manos privadas y trabajan allí apicultores. Y en Laprida funciona como matadero privado. El resto están abandonados”. “Lo que sí es interesante destacar, retoma Ávalos, es que si bien Salamone refleja poco lo que eran esos pueblos, la comunidad artísticamente se hace cargo de la obra que allí está emplazada. El primer reflejo que se nota es la arquitectura moderna que después de Salamone aparece, tanto en propiedades privadas o en construcciones públicas más chicas. En Alberti se ve muy claramente. Existe allí una cuadra, rarísima. Hermosa. Todas casas construidas bajo improntas futuristas o con reminiscencias al Art-deco. Y es claramente una réplica de lo que está pasando con Salamone”. Lo que sucede es la extrañeza que Salamone causa en propios y ajenos, en vecinos y viajeros. Alrededor de 25 ciudades. Aproximadamente 70 obras. Un periodo de 4 años. Un círculo que impregna la llanura bonaerense de ciencia-ficción con una exuberancia  de ornamentos. Pronto aparecerá en las pantallas de la TV Argentina y urgirá una nueva reflexión. Sí, somos varios quienes esperamos ansiosos el estreno de Invasión Salamone.

 

Ficha técnica

Productora

Rizoma SRL

Dirección

Diego Avalos y Francisco Larralde

Guión

Diego Avalos

Protagonistas

Ezequiel Castaño

Delfina Danelotti

Juan Sasturain

 

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