Triana López Baasch, alumno Área Transdepartamental de Crítica de Arte. IUNA I Instituto Universitario Nacional del Arte.
El célebre cuento de Jorge Luis Borges “Pierre Menard, autor del Quijote” relata los intentos del poeta Pierre Menard en su absurda e imposible misión de escribir la obra ya escrita por Miguel de Cervantes. Un crítico literario que sale en su defensa expresa: “No quería componer otro Quijote —lo cual es fácil— sino el Quijote. Inútil agregar que no encaró nunca una transcripción mecánica del original; no se proponía copiarlo. Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran palabra por palabra y línea por línea con las de Miguel de Cervantes”. En los pocos capítulos que Menard logró escribir se puede diferenciar claramente la prosa del autor francés con la del español. De una similar manera, Fernando Bryce intenta, por medio de sus obras, re-escribir el siglo XX. No se trata, al igual que en Menard, de una transcripción o de una copia, sino de la descripción grafica y visual de una época pasada respetando los elementos que la componen; pero lo interesante en este juego es que el sentido cambia radicalmente. Fernando Bryce. Dibujando la historia moderna se presenta en el Malba en el marco de una exposición antológica organizada por el Museo de Arte de Lima (MALI), curada por su directora, Natalia Majluf y por la curadora de arte contemporáneo del MALI hasta 2011, Tatiana Cuevas. Esta muestra, que recorrió los grandes museos de América Latina, presenta por primera vez las obras del artista peruano con mayor reconocimiento internacional en la actualidad. Nacido en Lima en 1965 y radicado en Berlín desde hace más de 10 años, Bryce expone sus series de dibujos más significativos realizados entre 1997 y 2011, compuestos por 19 obras que suman más de mil piezas en total.
A primera vista se puede apreciar en la obra de Bryce un estudio profundo sobre la memoria histórica, construido en base a un método creado y denominado por él mismo como “análisis mimético: este consiste en la copia de documentos oficiales, publicidades y notas periodísticas en series de dibujos en tinta negra. En un collage de imágenes conviven, por ejemplo, un afiche promocional de la película El Ciudadano junto a una tapa del diario El Comercio en cuyo titular se lee: “Informaron de Roma que las tropas del Eje llegaron a la frontera egipcia”. La yuxtaposición es la herramienta utilizada en cada uno de los trabajos que engloban grandes temas políticos: la Guerra Civil Española, la Revolución Cubana y Rusa, el colonialismo en África y América Latina, la Guerra Fría, etc. Los sucesos históricos, a la vez que innegables, a través de las series de dibujos van revelando otras facetas, relacionadas todas con el rol de los medios de comunicación de masas y su poder de tergiversar, de maquillar y de encubrir los hechos.
Los grandes medios poseen el poder e ingenio suficientes como para construir un relato. Este relato se sabe que no es el único ni el verdadero: existen otros, si no infinitos, por lo menos tan amplios como lectores hay en el mundo, dispuestos a ver más allá. Entre la copia fiel y la reinterpretación que plantean las obras, Bryce pone de manifiesto de manera irónica la mediatización de los hechos políticos más sobresalientes. Sin embargo, más allá del cambio de siglo y de la supuesta lejanía entre estos tiempos y los tiempos de Hitler, se devela otra verdad: que la historia del siglo veinte, independientemente de cómo este contada, por los poderosos o los más débiles, se continúa en el siglo XXI. Las injusticias, la explotación, el abuso de poder, la propaganda, el doble mensaje: todos estos factores que configuran un pasado que se cree superado también son parte del presente.
Bryce manifestó en una entrevista que su trabajo es de una investigación muy profunda, de infinitas horas en la biblioteca o en internet, de lecturas de artículos de diversos medios, de selección, y finalmente, cuando las imágenes han sido seleccionadas y el tema en cuestión ha sido meticulosamente analizado, llega la hora de tomar el pincel. Todo este proceso, según Bryce, lo lleva a constituir un trabajo enciclopédico: “Toda obra se va acumulando y convirtiendo en un cuerpo, claro, pero de la manera como estoy trabajando, los temas que estoy tratando se van convirtiendo en una especie de universo”. La enciclopedia-universo de Bryce resulta tan amplia como la historia de la cual se nutre para continuar creando obras.
El artista Fernando Bryce junto a la curadora Natalia Majluf.
MALBA. Fernando Bryce. Dibujando la historia moderna.
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Triana López Baasch
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Nací en Buenos Aires en 1982. Estudié cine en el Cievyc, y Dirección de Arte y Vestuario en el Instituto Saulo Benavente.
Participé en un largometraje y numerosos cortometrajes como vestuarista y escenógrafa.
Mis primeros pasos en la fotografía los di con Pablo Garber en el Centro Cultural Borges.
En el 2007 me uní a los talleres de fotografía de Lucila Bodelón (Estudio Bodelón)
Participé de numerosas muestras colectivas en Buenos Aires y Montevideo.
En 2010 comencé mis estudios en Crítica de Artes en el IUNA (Instituto Universitario Nacional de Artes).
En la actualidad reparto mi tiempo entre la fotografía, el estudio universitario y la producción crítica independiente.