Los rostros de los Hijos del Sol. (1ª parte) / ARSOblog – Archivo 2009.

Christian  Vitry  es el arqueólogo  argentino,  investigador y  autoridad  científica del  Museo de Arqueología de Alta  Montaña ( MAAM), que  más  sabe sobre la fiesta de la Capacocha  o fiesta de los sacrificios:  un  antiguo ritual sacrificial en  honor del  Inti Raymi de los incas, que dejó su  ancestral  vestigio hace  mas de 500 años -poco  antes de la llegada de los españoles a América-, en la  base del  volcán  de  Llullaillaco a 6.723 msnm, cuando  hace diez  años  se descubrieron al mundo  los tres  cuerpos que  estaban enterrados (con su  ajuar  íntegro y a  un  metro  y medio bajo  tierra), tiernamente  cobijados en  sendas bóvedas especialmente  construidas,  para que  mediaran desde allí, por su  comunidad, ante los dioses que habitan el cielo.

Vitry  bajó  a  Buenos Aires  desde su  Salta  natal, para   presentar la tercera edición  de su  libro El  Nevado de Cachi”, dio una  conferencia  sobre  el  tema  en el  auditorio  de   la  Casa   de  Salta y dialogó  más de una  hora  con  “Apariciones”, sobre  aquel  descubrimiento de incalculable  valor  arqueológico  y antropológico del que  no quiso  participar,  porque consideró  innecesario e imprudente retirar los dos  niños  y  la doncella de la montaña, en  plena  puna de  la  Argentina. Entonces, se  retiró  de la expedición que  comandaba el  doctor Johan  Reinhard para el  National  Geographic, y  mantuvo silencio  y  cautela sobre el hallazgo que hoy sigue siendo un asombro  para el mundo  científico  internacional por la calidad y el  perfecto estado  de   conservación  en  que  se encuentran los tejidos,  órganos  internos, músculos y huesos  de la  Doncella, el  Niño  y la Niña del  Rayo. 

 

Estructura doble en la cumbreEstructura doble en la cumbre

Con el correr de los años,  el entrevistado  que hoy  dirige el  área  científica del museo que  se construyó especialmente en  la  capital salteña  para investigar  y  exhibir las  mal  llamadas  “momias”,  conocidas  como  “los  Niños de Llullaillaco”  fue cambiando  la  perspectiva de su  visión  de los  hechos.

Aclara que hoy  la exhibición  de los  cuerpos  no  le provoca el conflicto que  sufrió  al principio y si  bien  “hay  mucha  gente que  siempre  reclama  ver  la  cara y el  cuerpo  de un  inca  clásico, yo pienso que  no  hace  falta exponerlos todo el tiempo a  la curiosidad y al  morbo del público. Pero sí  estoy  de acuerdo en que  las  comunidades originarias  y  sus  caciques, que  veneran en  estas tres  figuras  sagradas la  espiritualidad del  alma  humana (representada    por los ancestros de  la  montaña),  tengan  acceso a ritualizarlos,  en  ocasión  de una festividad inca o  cuando  ellos   lo requieran “.

Hoy,  con su  vasta  experiencia en  el  campo de  la ciencia y  la  investigación Christian  Vitry se  ha  convertido en centinela  y  custodio indiscutido  de las tres  piezas arqueológicas  que guarda el MAAM y que  sorprenden  al  mundo entero, en cada  visita a su cede en Salta capital.

 

 

 

Camino de CachiCamino de Cachi

La obra que vino a  presentar es un detallado resumen  de  las expediciones que  durante  más de diez  años el  andinista realizó  al  Nevado de Cachi,  para identificar   nueve  picos  principales  (dos  cumbres  con pircado y cinco más,  donde se  encontraron restos arqueológicos y  plataformas rituales para  ofrendas  prehispánicas  de  indudable  valor  simbólico  ceremonial), en un área de nieves eternas. La obra incluye un relevamiento histórico  de la  zona  y una  exhaustiva  descripción  geográfica  del  paisaje  de  montaña.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

* Copy This Password *

* Type Or Paste Password Here *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>